Fernando Rubín es Gerente General de Banco Hipotecario desde enero de 2009. Anteriormente, ocupó la gerencia de Recursos Humanos y de Servicios Corporativos de la entidad financiera. También fue gerente corporativo de Recursos Humanos en IRSA,
director de recursos humanos en Louis Vuitton & Moëtt Hennesy en el país y de Bodegas Chandon, en Argentina y Brasil. También se desempeñó como gerente de la división de recursos humanos de la consultora Roland Berger & Partner-International Management Consultants. Es Licenciado en Psicología (UBA) y realizó un postgrado en Recursos Humanos y Análisis Organizacional en E.P.S.O. Tiene 49 años, le gustan los asados y estar con su familia. Entre sus hobbies se destacan la lectura, tocar la guitarra y el piano y la práctica de deportes, principalmente el tenis y boxeo.
¿Cómo definiría el momento del sistema financiero argentino?
Nuestra visión sobre el presente del sector bancario es positiva. El sistema financiero argentino cuenta con indicadores favorables de liquidez, niveles bajos de mora y un consumo sostenido que motoriza la actividad. Además, se presenta una gran oportunidad de captar nuevos clientes que todavía no están bancarizados y expandir el negocio. Al mismo tiempo, y de cara a las necesidades que nos plantea el futuro cercano, se debe apostar a una reconversión tecnológica que permita reconocer las necesidades financieras de cada uno de nuestros clientes de manera de interpretar las demandas mucho más complejas que se presentan en las sociedades actuales y así llegar con nuestros productos y servicios de una manera más eficiente y rentable, tanto a familias como a empresas. Como contrapartida, consideramos que la excesiva regulación del sector puede afectar el volumen de negocios de la actividad.
¿Por qué cuesta tanto que los jóvenes puedan acceder a buenos préstamos hipotecarios para poder comprar su primera vivienda?
La experiencia reciente muestra que muchos jóvenes de diferentes lugares del país están accediendo a sus primeras viviendas gracias a la implementación del programa Procrear, una política pública que administra el Banco Hipotecario. Desde que se inició este programa, en junio de 2012, el promedio de edad de los más de 140 mil titulares de crédito es de 37 años. A su vez, han iniciado la obra más de 37 mil familias cuyos titulares son menores de 30 años, de las cuales 21.507 han finalizado sus casas. Se trata, sin dudas, del programa de crédito hipotecario más importante de la historia de nuestro país y una gran oportunidad para los más jóvenes de acceder a su primera vivienda.
¿Cuánto incide la situación política y social del país en lo que después termina ocurriendo en el sistema financiero? (oportunidad de tomar un crédito hipotecario, un préstamo personal o bien realizar una inversión)
El sistema financiero no es ajeno a lo que pasa en el resto de la sociedad. En ese sentido, la agenda política incide en la toma de decisiones, tanto de las organizaciones como de los clientes. Por ejemplo, en muchos casos debemos adaptarnos y ser fuertemente creativos ante nuevas regulaciones o interpretar cuál puede ser el comportamiento del mercado ante distintos escenarios políticos y actuar en consecuencia. Lo mismo ocurre con los clientes, ya sean individuos o empresas, que muestran comportamientos de consumo o de inversión distintos en función de los tiempos políticos.
Tampoco se puede escindir la cuestión social de lo que ocurre en el sistema financiero. En un contexto con mejores salarios, más formalización y más personas bancarizadas, las oportunidades de crédito y de inversión aumentan. Así como en situaciones de informalidad, desempleo o inflación actúan negativamente. Este último es el gran condicionante del descalce de tasas y plazos que incide en la dificultad del sistema de otorgar préstamos a largo plazo. Otro tema que me parece fundamental es la confianza en la moneda. Resulta indispensable que, tanto las familias como las empresas, ahorren e inviertan a plazos cada vez más largos en moneda local para dinamizar el crédito en el país. Para ello, es fundamental recuperar la confianza en el peso y por ende su fortaleza.
¿Cómo desarrolla su liderazgo en el banco?
Para mí, el liderazgo es algo genuino que sucede en todos los grupos de cualquier organización. Está basado en el supuesto saber que detentan algunos referentes en determinadas situaciones grupales, dependiendo de la tarea y del conocimiento requerido para lograr los objetivos. Los líderes son elegidos informalmente por los grupos, quienes ven en ellos el saber y la “voluntad” para resolver sus problemas. Son líderes genuinos validados por la gente.
En nuestra organización tratamos de capacitar al management (gerentes, jefes y supervisores con gente a cargo) para que puedan detectar ese liderazgo espontáneo, promoverlo y reconocerlo. Tratamos de que esos líderes se identifiquen con la misión del Banco y, además de representar los intereses de sus grupos de pertenencia, tomen como propia la “antorcha” del Banco para su sustentabilidad en el tiempo. Además, tratamos de detectarlos para luego posicionarlos como parte del management. Cuando un gerente, jefe o supervisor, que es elegido por la organización, simultáneamente es validado “informalmente” por el grupo que supervisa, se potencia la figura del “manager” como un “líder de líderes”, o un “Meta-líder”.
Nosotros creemos que los gerentes, jefes o supervisores tienen que disfrutar de la búsqueda de los colaboradores con liderazgo y cuántos más encuentren, mejores managers serán. Muchas veces, los gerentes se sienten presionados porque creen que deben ser ellos los únicos que lideran y eso es un enorme error conceptual con consecuencias negativas en el desarrollo de la organización, porque terminan aplastando el surgimiento de los líderes informales.
Los “managers”, cuanto más promuevan que sus colaboradores puedan ocupar liderazgo informal de sus grupos, de manera rotativa, serán mejores managers. Por otra parte, creo, y en esto mi condición de psicólogo sin duda ayuda, que todos los colaboradores y las personas en general buscamos reconocimiento. Por eso, creemos que el management tiene que administrar el reconocimiento continuamente, poniendo mucho énfasis en la equidad. Cuando tu jefe te mira y no te es indiferente; cuando te hace una marcación, positiva o negativa, el colaborador siente que es “alguien” importante para su jefe. Que no le da lo mismo que haga una cosa u otra, aunque al principio una marcación negativa duela. Precisamos de la mirada de los demás, pero no como control, sino como parte de nuestro desarrollo. La buena mirada del jefe marcándonos el rumbo y dándonos confianza, nos hace crecer y nos potencia.
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