Mariano Recalde es abogado, docente y presidente de Aerolíneas Argentinas desde el 16 de julio de 2009. Fue candidato a legislador porteño y ahora busca suceder a Mauricio Macri como nuevo Jefe de Gobierno de la Ciudad por el Frente para la Victoria. Para acceder a esta posibilidad en los comicios que se desarrollarán el 5 de julio, el funcionario debió superar en la interna kirchnerista, desarrollada en las PASO a Gabriela Cerruti, Aníbal Ibarra y Carlos Heller, entre otros. Es integrante de La Campora e hincha de Boca, tiene 43 años y es hijo del diputado Nacional Héctor Recalde.
¿Qué sensaciones le generó haber estado en el edificio de la AMIA?
Es la primera vez que vengo y la verdad que es muy emotivo. Es difícil de describir, pero efectivamente uno entra y se conmociona. Haber prendido esa vela en homenaje a las víctimas. Veía los apellidos y son argentinos fundamentalmente. Genera una emoción muy grande. La verdad que es la primera vez que vengo a este edificio reconstruido, que es un símbolo de la Argentina que también se ha reconstruido.
En ocasiones anteriores emparentó a Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau al postular que pertenecen a un espacio político que converge para las elecciones presidenciales. ¿En qué se parecen? ¿Dónde se diferencian ustedes?
Nosotros formamos parte de un proyecto político que cree que el Estado debe intervenir para corregir las desigualdades que no resuelve el mercado y para incluir a aquellos que quedan afuera. Del otro lado hay un proyecto que ya lo vivimos en los ´90, que deja librado a la fuerza del mercado la regulación de la economía. Ese es el eje central; después tenemos diferencias de concepción en la sensibilidad social. Yo creo que hay en la Ciudad de Buenos hay un gobierno muy inhumano. Un gobierno que, además del desprecio por lo público, tiene una despreocupación absoluta por situaciones que a nosotros nos duelen.
Creo que en eso también nos diferenciamos mucho de ese otro proyecto político que ya nos gobernó y que estuvo presente durante los ´90. Ya padecimos las consecuencias de una política que promueve la apertura de la economía, la apertura para las importaciones, que genera la destrucción de la industria nacional, de los puestos de trabajo y el aumento de la miseria.
Por otro lado, en los últimos 12 años venimos reconstruyendo la Argentina, nuestra identidad, nuestro orgullo como país y nos plantamos ante el mundo con una posición soberana y no de rodillas ni con relaciones carnales como nos tenían acostumbrados.
Creo que hay muchas diferencias que la gente tiene que empezar a ver, porque no solamente se elige una cara, un rulo, una pelada o un pelo lacio. Lo que se elige en esta ciudad es un proyecto político, un proyecto de ciudad y un proyecto de país también. Casualmente en las reuniones quedó reflejado de esa manera, no me había dado cuenta. Hay tres candidatos ahora en la Ciudad de Buenos Aires, pero dos proyectos. Uno es el proyecto que compone Macri, Sanz y Carrió, que va a tener una formula común con un mismo candidato a Presidente que van a definirlo entre ellos. En la ciudad tienen dos colectoras: Larreta y Lousteau. Y del otro lado está el Frente para la Victoria.
Los grandes medios suelen exhibir el déficit económico que exhibe Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, usted desarrolla otros logros. ¿Cómo debe medirse, entonces, el crecimiento de la empresa?
No solamente ha mejorado la empresa a nivel del servicio, de la operación, de que cada vez vuela a más a provincias, con mejores horarios, con más venta de pasajes y conectividad, también ha mejorado muchísimo el resultado económico. Un aspecto que los diarios no reflejan muchas veces, con mala intención, y otras por ignorancia. Pero los balances de la compañía y las partidas presupuestarias que el Estado destina para sostener, para invertir y seguir creciendo son cada vez menores.
Cuando se estatizó la compañía, para sostener el costo operativo que tenía esa empresa abandonada por los españoles, el Estado debía destinar el 0,73 por ciento de su presupuesto. Después de mucho trabajo e inversiones, el año pasado el Congreso de la Nación votó en la Ley de Presupuesto una partida para Aerolíneas del 0,19 por ciento. Este año el Estado va a invertir, porque no es un gasto y mucho menos una pérdida, va a invertir en el crecimiento y en el sostenimiento del transporte aéreo una cuarta parte de lo que invertía cuando se estatizó. Esto es gracias a una gestión que ha crecido, que ha mejorado los ingresos y que ha pensando en cómo mejorar el servicio más que en hacerlo rentable rápidamente. Porque podríamos haber llegado más rápido al equilibrio tomando medidas drásticas de ajuste como toman los privados. Despedir gente, dejar de volar a lugares con pocos pasajeros, achicar la estructura, achicar la empresa. Nosotros decidimos llegar al equilibrio a través del crecimiento de los ingresos, del crecimiento de las operaciones y hoy ese es el resultado que podemos exhibir.
¿Qué liderazgo impulsa para la Ciudad de Buenos Aires?
Siempre he considerado que el trabajo en equipo, el trabajo colectivo, es lo que impulsa las grandes transformaciones. En Aerolíneas Argentinas vengo teniendo esta forma de trabajar y de liderar una empresa muy compleja, muy amplia, muy diversa, con muchas especialidades. Que parecía imposible para algunos, muy difícil para otros, muchos no apostaban a que pudiera encarar ese desafío como lo hice y creo que algunos rasgos de liderazgo he tenido para poder conducir a tanta gente, a tantos expertos, genios y profesionales con mucha experiencia hacia un destino común. Trabajando en común en un plan de negocios que diseñamos para tener una realidad como la que hoy tenemos, completamente distinta a la que nos tocó cuando asumimos la gestión de esa empresa.
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