Ezekiel Elkin, es un joven y reconocido pianista, compositor y autor musical premiado internacionalmente, creador y productor de ficciones de televisión y espectáculos teatrales, defensor de los derechos de los niños, filántropo y Embajador de Paz.
Concebido en la Ciudad de Rochester, New York y criado alternadamente entre Estados Unidos y la Argentina, con tan sólo un año de edad gustaba de subirse a la banqueta y lanzarse sobre las teclas del piano de su abuela.
Cuatro años más tarde, a la tierna edad de cinco años, pidió a sus padres que lo llevasen a tomar clases de piano. Estudió en el conservatorio durante 10 años, obteniendo por un lado, su título de profesor de teoría y solfeo a la edad de 12, y subsiguientemente, el de profesor de piano a los 15 años.
Luego de haber escrito sus primeras canciones a los 13 años, comenzó a tomar clases de composición, orquestación, arreglos, y contrapunto con uno de los mejores arregladores y directores de orquesta de Argentina, Gerardo Gardelín.
Elkin es, además de un gran artista, un verdadero políglota, innato y autodidacta. Habla, lee y escribe nueve idiomas a la perfección, además del inglés: hebreo, castellano, portugués, ruso, toscano, árabe, japonés y rumano.
¿Cuáles considera sus principales logros?
Mi música me llevó a participar en varios concursos de composición alrededor del mundo (Estados Unidos, España, México, Italia y Macedonia), donde fui galardonado con el primer premio en cada uno de ellos.
En Argentina, participé en el concurso nacional de canciones inéditas “Por una Argentina que cante”, organizado por la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC). Allí se me otorgó el primer premio al ser reconocido como el mejor compositor de canciones inéditas del país. El premio fue entregado por el reconocido cantautor Paz Martínez.
En noviembre del 2012 representé a la Argentina y obtuve el primer premio en el internacionalmente prestigioso concurso de composición de canciones para niños, «Zecchino d’Oro», con la canción “Che vos…tango mío”, transmitido en vivo para todo el mundo por la RAI, la red televisiva italiana.
Creé Wunderkindz, Embajadores de Paz, la primera gran cumbre musical internacional en forma de concierto de gala de gran despliegue, la cual reúne a doce niños prodigio en el campo de las artes escénicas, quienes como embajadores, provenientes de todos los continentes del mundo, tienen como objetivo crear conciencia y difundir una cultura de paz, de integración y de entendimiento entre los pueblos.
Además, la mayor parte de lo recaudado por función del espectáculo y ventas del disco, será donado a través de su fundación Organization Of United Children (Organización de Niños Unidos), para realizar una gran obra de caridad por año, bajo el programa The Fruit Of Love (El fruto del Amor), la cual se verá reflejada en la construcción de centros de salud, centros culturales, conservatorios musicales, escuelas de arte, refugios para personas en situación de calle, santuarios para animales, entre otros.
¿Qué lo inspira en su trabajo?
Desde mi corta infancia fui conciente de los males que aquejaban al mundo, viendo imágenes de niños de mi edad sufriendo en sitios remotos del planeta, y me prometí a mí mismo, alrededor de los seis años, cambiar la realidad de quienes por culpa de la ambición y de la crueldad del ser humano, estaban viviendo en un ambiente hostil, apático y desamorado.
Defender los derechos de los niños, nuestros futuros líderes, es crucial, para que de ese modo puedan crecer en una atmósfera de empatía, con una fuerte y sana autoestima, resultando en individuos seguros, potenciando al máximo todos sus dones y capacidades, tanto físicas e intelectuales, como también emocionales y espirituales.
¿Qué tipo de liderazgo aplica en su trabajo y con la gente que lo rodea?
Mi profesión se divide en dos esferas. Por un lado, es completamente individual, como cuando se trata de escribir los argumentos de mis espectáculos y ficciones televisivas, o componer música original para mis producciones, la cual se reduce a aislarme de todo.
Por otro lado, está la parte multitudinaria, dado que mis producciones conllevan intrínsecamente, la participación de muchísimas personas. Músicos de la orquesta, coro de niños, ensamble, actores, productores, asistentes, coreógrafo, escenógrafo, iluminador, sonidistas, y la lista es larguísima.
El tipo de liderazgo que aplico es el que se traduce en saber que para cada una de mis producciones, cuento con un equipo fijo de profesionales (niños y adultos) que son los mejores en cada una de sus respectivas áreas. Ello garantiza la más alta calidad en el producto final. Son personas que por sus backgrounds profesionales, los convoqué para sumarse a mi equipo de OH!some Productions, LLC, por lo que delego completamente las funciones en ellos, y descanso en su vastísima experiencia.
Todos mis emprendimientos tienen la premisa de que todos tienen la más completa libertad para aportar nuevas ideas y mejores estrategias, en un ambiente de máxima confianza, honestidad y respeto, lo que consecuentemente desemboca en el éxito
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