Gabriel Cordo Miranda es Director General de Peugeot desde mediados de 2009. Es licenciado en Economía por la Universidad del Salvador y cuenta con un máster en Dirección de Empresas en la Universidad del CEMA. Tiene 42 años y comenzó su carrera en la empresa automotriz en enero de 1994. Su abuelo llegó al país desde Galicia y su familia fue oriunda de Ramos Mejía. Como muchos, soñó con ser futbolista profesional.
¿Cuál es su visión actual del país? ¿Considera que es un buen momento para que el sector privado invierta?
Una empresa automotriz, para sus inversiones de cualquier índole, nunca se basa en un año en particular o en cómo esté el país en un año. Los planes de las automotrices son siempre plurianuales. Son a largo plazo, con lo cual nosotros tenemos una política y una decisión de estar presentes en Argentina. Fabricamos muchos autos en el país y tenemos una posición en el mercado argentino muy importante como marca Peugeot. Te diría de las mejores en el mundo. Entonces la decisión de invertir no desaparece nunca, más allá de que sea el 2015 o el 2020.
¿Qué evaluación hace del plan Pro.Cre.Auto ideado por el Gobierno Nacional para estimular la venta de autos?
Nosotros al Pro.Cre.Auto lo apoyamos desde el primer momento. Y nos fue muy bien. De hecho, si tomamos sólo las ventas de este plan Peugeot tuvo más de 20 por ciento de participación en esas ventas. Cuando nuestra participación normal en el mercado argentino es del 10 por ciento. Entonces nos fue el doble de bien con Pro.Cre.Auto que en el mercado general, así que estamos siempre dispuestos a apoyar esas iniciativas.
¿Qué aspectos del vínculo entre el Estado y el sector privado deberían existir para favorecer el consumo y mantener activa la economía?
Creo que las condiciones están creadas. El vínculo entre el sector automotriz y el Estado está creado y esas articulaciones funcionan. No es algo que se tenga que construir como para reaccionar frente a una situación de la realidad. Es más un proceso que tiene que estar siempre abierto y ahí no hay un solo tema para hablar. Es tan compleja la industria automotriz, hay tantas cosas en juego que la influyen, que son muchas las variables a discutir. En determinado momento hay alguna más importante que la otra, entonces se pondrá más énfasis en eso. Pero considero que no hay nada que inventar. Creo que la articulación está creada, que el vínculo está. Hay veces que los intereses pueden no ir en el mismo sentido, pero bueno, son cosas normales que pasan en cualquier país.
¿Podrían cambiar las condiciones con un cambio de Gobierno?
No es mi papel hacer especulaciones del tipo político o de lo que va a pasar en los próximos gobiernos. La verdad que no tengo idea de lo que va a pasar. La responsabilidad de los empresarios está en el día a día, en llevar las cosas lo mejor posible para que las decisiones de hoy nos den un futuro asegurado y bueno.
¿Qué liderazgo desarrolla en una posición jerárquica como la que ocupa?
Creo que hoy el liderazgo moderno tiene mucho que ver con dos palabras que son: participación y comunicación. Los liderazgos de tipo verticales son realmente del pasado. La gente no tiene ganas de que los lideren de esa forma, con órdenes. Sino que la gente tiene ganas de sentirse dueña de un pedacito de la empresa y tener libertad para ejecutar, dentro de un marco de reglas de juego. Yo promuevo esa libertad entre la gente que trabaja en Peugeot y busco sumarle mucha comunicación, que era la otra palabra. Incentivo el “tenés libertad para trabajar y sos protagonista, pero nunca jugás solo. Siempre jugás en equipo” y para eso nos comunicamos permanentemente para ver cómo van las cosas, qué tenemos que mejorar, retroalimentarnos mutuamente unos con otros, porque en la suma de las partes es donde se crea el valor.
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